UC - Críticas
País: Estonia. Año: 2013. Duración: 83 min. Género: Drama.
Dirección: Zaza Urushadze. Guion: Zaza Urushadze. Producción: Allfilm / Georgian Film. Música: Niaz Diasamidze. Fotografía: Rein Kotov.
Estreno en España: 30 Abril 2015. No recomendada para menores de 16 años.
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Interpretación: Lembit Ulfsak, Giorgi Nakashidze, Misha Meskhi, Elmo Nüganen, Raivo Trass. |
EL ABSURDO DE LA GUERRA
'Mandarinas' es un bonito alegato antibelicista que, a través de una sencilla historia y una puesta en escena discreta y teatral, nos plantea el absurdo de la guerra y el odio injustificado hacia personas que ni siquiera conocemos. Se puede tachar su relato de tener cierta ingenuidad, pero como fábula moderna sobre la irracionalidad que nos rodea a diario, funciona a la perfección, evitando herir sensibilidades y alcanzando un espectro de público mayoritario que le ha llevado a conseguir numerosos premios en diversos festivales e incluso una nominación al Oscar.
SINOPSIS: En 1990, estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la independencia. Ivo, un estonio, decide quedarse, a diferencia del resto de sus compatriotas, para ayudar a su amigo Margus con la cosecha de mandarinas. Al comenzar el conflicto, dos soldados resultan heridos delante de su casa, e Ivo se ve obligado a cuidar de ellos.
'Mandarinas' no busca la grandilocuencia de las "grandes palabras" y afronta conscientemente su discurso ético desde el minimalismo escénico (punteado por una repetitiva y bella melodía compuesta por Niaz Diasamidze) y también desde la sencillez de la evolución de sus personajes, sin llegar a profundizar en las verdaderas raíces del conflicto en que se enmarca, para convertirlo en una reflexión más internacional y general sobre cualquier guerra basada en el odio religioso, étnico, racial o fronterizo. Eso la convierte en una especie de cuento trágico, al tiempo esperanzador, sobre las debilidades y frustraciones de la naturaleza humana, pero también su capacidad de aprendizaje y empatía con el prójimo.
'Mandarinas' es una cinta bélica donde la guerra siempre está como telón de fondo y no en primer plano, aquí lo que importan son las personas y no quien gana, porque en una guerra todos pierden, unos la vida y otros la humanidad. Zaza Urushadze plantea reflexiones simples sobre la irracionalidad del odio y sobre la absurdidad de la venganza, no busca demasiadas respuestas, pero se las deja en bandeja al espectador. Uitiliza un tono cercano y sin excesos dramáticos para narrar una historia sobre hombres y mandarinas en un mundo que no les respeta ni diferencia, con un magnífico Lembit Ulfsak como impasible protagonista.